REFLEXIONES
¿Cómo es el cielo de Dios? ¿Cuánto cuesta entrar al cielo?
¿Cómo es el cielo de Dios? ¿Es azul bañado de estrellas? ¿Es amarillo como el sol radiante? ¿Es de colores como el arcoíris y las flores? Padre que estás en el cielo… El cielo de Dios son los pobres. El hermano necesitado es el cielo de Dios. A la hora del juicio final, Dios más que fijarse en mis debilidades, pecados y flaquezas, mirará mi entorno, para descubrir si yo sembré consuelo, paz y esperanza en los seres a mi confiados; para ver si hubo hermanos socorridos y aliviados en sus penas y necesidades. ¿Cuánto cuesta entrar al cielo? Un pedazo de pan que yo dé a mi hermano; un abrigo que comparta; un poco de mi tiempo que invierta en tantos solos y abandonados. ¿Cuánto pan tengo que dar? La medida es Jesucristo hecho pan. Convertirnos en pan para darnos enteramente a los demás. Dios se identifica con el pobre, por lo que preocuparse del hermano necesitado es tan importante que Dios liga la vida eterna a dar un pedazo de pan al que lo necesita. Las necesidades expresadas en las obras de misericordia reflejan la vasta realidad del dolor humano. No podemos pasar inadvertidos ante quien sufre. A nadie se nos ha pedido hacer milagros, pero si ayudar y estar con el hermano. Alejarse de los pobres, es alejarse de Dios, es alejarse de la vida verdadera. Ser indiferente al hermano que sufre, es ser indiferente a Dios, es comprometer la propia salvación. En el juicio, no debiéramos temer mostrarle a Dios nuestra debilidad y flaqueza, tan solo temer llegar a él con las manos vacías. +Alfonso G. Miranda Guardiola ...
Leer Mas¿Cómo es que Juan el Bautista, pudo entender la voz de Dios?
Pero, ¿cómo es que vino la palabra de Dios a Juan en el desierto? ¿Cómo la pudo escuchar y entender? ¿cómo fue que Juan reconoció a Jesús, entre tantos hombres? ¿Quién le dijo que era él? ¿Sería un ángel? ¿Se le reveló en sueños? Lo cierto es que Juan se fue a vivir al desierto, y aprendió a través del silencio, a escuchar la voz de Dios, a escucharlo en el crepitar de las hojas, y en el murmullo del viento; a observarlo en el vuelo de los pájaros, a sentirlo en la cercanía de los animales, a parparlo en la tierra que da cobijo a los insectos, y que hace germinar a la semilla, porque supo convivir con su entorno, con el agua y con el fuego, porque educó y afinó sus sentidos, corporales y espirituales, porque fue capaz de contemplar el inmenso cielo en una gota de rocío, en fin, fue por eso capaz de descubrir las huellas del Señor en el polvo del camino. Y anunciar así con la humildad de su vida, y con la fuerza de su testimonio, la presencia clara y diáfana del Salvador! (Mc 1,1-8). Que a ejemplo de Juan el Bautista, preparemos nuestro esíritu, para descubrir la mirada del Señor, y preparar así, los caminos de los hombres para el encuentro con el Señor. + Alfonso G. Miranda Guardiola ...
Leer MasUna Eucaristía de puertas abiertas y en salida…
¿Qué es la Eucaristía de puertas abiertas y en salida? La Eucaristía es el signo de quien se entregó sin reservas por el ser humano, quien no menoscabó nada, ni se reservó nada, ni escatimó nada, hasta dar su vida, su sangre, su cuerpo, su tiempo, su ser, para que nadie se quedara fuera, para que nadie se quedara sin salvación, para que nadie se quedara sin sentirse amado. Esa es la Eucaristía para la Iglesia, el signo supremo de su entrega total cada día, cada hora, cada instante, dando su vida por sus hermanos; a imagen de la sangre derramada por Cristo, hasta la última gota, por todos los seres humanos, por sanarlos, abrazarlos y a todos salvarlos. La Eucaristía es signo de salvación universal. En cada Eucaristía Dios incluye a todo ser humano sin excepción, sin ninguna excepción. Dios se entregó por todos, no sólo por los bautizados; se entregó por todos, independientemente de su religión, de su país, de su género, de su condición, se entregó por cada ser humano, por todo el planeta. Eucaristía de Puertas abiertas: Pienso en una Eucaristía, que reciba a todas las personas, (sin juzgarlas ni pedirles nada a cambio), y las haga sentir acogidas, respetadas, aceptadas, comprendidas, y amadas. Una Eucaristía que no haga sentir mal a nadie: excluido, relegado, rechazado, ajeno o extraño. Una Eucaristía, no vista como un premio para vencedores y triunfadores, sino como alimento para el camino, para los débiles, para los heridos, como medicina para los enfermos. Una Eucaristía valiente, que exprese vivamente que Jesús camina, se atreve a caminar, entre buenos y malos, con paciencia, sin escandalizarse, sin asustarse, sin correr a nadie, sin rechazar a nadie. Una Eucaristía, especialmente sensible a las personas heridas, a aquellas que van caminando entre peñas, desiertos, desfiladeros y abismos, entre miserias y pecados, entre errores y descalabros. Y que llevan fatigosamente cargando: penas, soledades, miedos, separaciones, vacíos, tribulaciones, amarguras, resentimientos, reclamos y traiciones. Una Eucaristía no impaciente, porque sabe de esperas largas, y noches sin sueño, que comprende, acompaña, mitiga y persevera, porque ama. Una Eucaristía que no señale, que no marque ni haga diferencias, que acoja a todos por igual. “Porque en la Iglesia, nadie sobra, ni nadie está de más”. Como decía Don Rogelio Cabrera, Arzobispo de Monterrey “Porque en la Eucaristía tenemos la experiencia del amor que no conoce límites y damos la señal concreta que la Iglesia es la casa paterna en donde hay lugar para cada uno con su vida fatigosa”. También señalado por el Papa Francisco en uno de sus discursos. Eucaristía en Salida: Pienso en una Eucaristía celebrada, con personas alejadas, que no pueden ir al templo, o que no pueden comulgar, por su tipo de trabajo, o por su situación de vida tal vez no completamente de acuerdo al evangelio; pienso también en los hospitales, en los cuarteles policiacos, militares, en las centrales obreras, con los taxistas, en las mazmorras de las cárceles. Una Eucaristía, que exprese, que Jesús sale a acompañarlos, a caminar con ellos, a conocerlos, a sentir su corazón, a conocer sus problemas, a llorar con ellos, a abrazarlos, a perdonarlos y amarlos. Una Eucaristía en salida, que signifique la entrega total del ser de la Iglesia, con todos sus recursos y fuerzas, con todo...
Leer MasIdeas peligrosas de un Papa revolucionario para el Mundo desarrollado.
Palabras fuertes de un Papa valiente, ante la urgencia de un cambio de rumbo, por una tierra, oprimida y devastada, que sufre y clama, y no es escuchada. Una relectura de la Encíclica Laudato sí. (Entre paréntesis, aparecen los números de la Encíclica). 1. Nuestra hermana, la madre tierra clama por el daño que le provocamos a causa del uso irresponsable y del abuso de los bienes que Dios ha puesto en ella. Hemos crecido pensando que éramos sus propietarios y dominadores, autorizados a expoliarla. a. Entre los pobres más abandonados y maltratados, está nuestra oprimida y devastada tierra (2). b. (Por lo que debemos) escuchar tanto el clamor de la tierra como el clamor de los pobres. (49). 2. Lamentablemente, muchos esfuerzos para buscar soluciones concretas a la crisis ambiental suelen ser frustrados no sólo por el rechazo de los poderosos, sino también por la falta de interés de los demás. La exposición a los contaminantes atmosféricos produce un amplio espectro de efectos sobre la salud, especialmente de los más pobres, provocando millones de muertes prematuras. (20) 3. La tierra, nuestra casa, parece convertirse cada vez más en un inmenso depósito de porquería. (21). 4. No se ha logrado adoptar un modelo circular de producción que asegure recursos para todos y para las generaciones futuras, y que supone limitar al máximo el uso de los recursos no renovables, moderar el consumo, maximizar la eficiencia del aprovechamiento, reutilizar y reciclar. (22). 5. Abordar esta cuestión sería un modo de contrarrestar la cultura del descarte, que termina afectando al planeta entero (22). 6. La humanidad está llamada a tomar conciencia de la necesidad de realizar cambios de estilos de vida, de producción y de consumo, para combatir este calentamiento global. (23). 7. Si la actual tendencia continúa, este siglo podría ser testigo de cambios climáticos inauditos y de una destrucción sin precedentes de los ecosistemas, con graves consecuencias para todos nosotros (24). 8. Es trágico el aumento de los migrantes huyendo de la miseria empeorada por la degradación ambiental, que no son reconocidos como refugiados en las convenciones internacionales y llevan el peso de sus vidas abandonadas sin protección normativa alguna. (25). 9. Muchos de aquellos que tienen más recursos y poder económico o político parecen concentrarse sobre todo en enmascarar los problemas o en ocultar los síntomas, tratando sólo de reducir algunos impactos negativos del cambio climático. (26) 10. Conocemos bien la imposibilidad de sostener el actual nivel de consumo de los países más desarrollados y de los sectores más ricos de las sociedades, donde el hábito de gastar y tirar alcanza niveles inauditos. (27) 11. Ya se han rebasado ciertos límites máximos de explotación del planeta, sin que hayamos resuelto el problema de la pobreza. (27). 12. Las aguas subterráneas en muchos lugares están amenazadas por la contaminación que producen algunas actividades extractivas, agrícolas e industriales, sobre todo en países donde no hay una reglamentación y controles suficientes. (29) 13. Este mundo tiene una grave deuda social con los pobres que no tienen acceso al agua potable, porque eso es negarles el derecho a la vida radicado en su dignidad inalienable. Esa deuda se salda en parte con más aportes económicos para proveer de agua limpia y saneamiento a los pueblos más pobres. Pero se advierte un derroche de agua no sólo en países desarrollados, sino...
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