Historias
Los asesinos no sabían, el milagro que acontecería…
Cómo es que ese 24 de marzo de 1980, un hombre que había hablado en defensa de los más pobres, que había dicho a las militares, y a todos los que peleaban por las calles: les ruego, les pido, les ordeno en nombre de Dios, que no asesinen a sus hermanos. Ese día era asesinado, Oscar Arnulfo Romero, Arzobispo de San Salvador, en plena Eucaristía. Pero en ese momento pasó algo increíble. Los asesinos no sabían, que en ese preciso instante, la sangre de Cristo, ya consagrada sobre el altar, se mezclaba literalmente, con la sangre de este obispo, derramada al pie del mismo altar. Uniéndose perfectamente al sacrificio cruento del Señor, llenando un solo cáliz, del que se vertía la sangre para la salvación de todos. Los asesinos, han quedado ocultos por las tinieblas y el olvido, pero el actuar heroico de este obispo bienaventurado, ha quedado grabado en los corazones de los salvadoreños, a tal punto, que hoy es reconocido como el guía espiritual de esta nación salvadoreña. Honra y virtud para toda América, fruto excelso de la Iglesia católica para el mundo entero. ¡Viva Monseñor Romero! +Alfonso G. Miranda Guardiola ...
Leer MasEco y Narciso: Una historia de la mitología hecha un bello poema al amor
Narciso era un joven apuesto y gallardo de Tespis, del que se enamoró la ninfa Eco. Eco era una muchacha hermosa y locuaz. Envidiada por Era, la mujer de Zeus, fue privada de la palabra, pudiendo solamente repetir la última sílaba de lo que escuchaba. Incapaz de expresar su amor a Narciso, éste la rechazó. Angustiada y desilusionada Eco muere. Por haberla despreciado y tratado con tanta dureza. Los dioses condenaron a Narciso a enamorarse de su propia imagen. El adivino Tiresias había predicho que Narciso moriría cuando se viera. Cuentan que al acercarse a las aguas cristalinas de una fuente, quedó prendado de la hermosura de su rostro reflejado en el agua. Narciso se enamoró apasionadamente de su imagen, que no pudo apartarse de ahí, languideciendo hasta quedar convertido en un narciso, la flor que crece al borde de los estanques; otros dicen que murió ahogado al querer abrazar su propia imagen. Eco era una criatura limitada, como toda criatura, y limitado e imperfecto era su amor, ya que no podía expresarlo bien, no obstante, su amor era auténtico hacia Narciso. Éste, sin embargo, la rechaza y la desprecia por su limitación, y el amor de Eco cae al vacío. ¿Quién es Eco? Eco es nuestra misma voz, nuestro mismo sentimiento de amor a los otros, que una vez expresado, retorna hacia nosotros. Es el amor dado, que se transforma en amor recibido. Así, si Narciso hubiera podido decir “te amo”, Eco habría repetido despacio estas palabras “te amo”, se habría reafirmado en sí misma y en su amor, reafirmando al mismo tiempo a Narciso. Narciso no sabe amar, no toma la iniciativa en el amor, no sabe ni siquiera decir “te quiero”. Y al actuar así, no le da al otro la posibilidad de existir, de afirmarse a sí mismo, más aún, lo anula, lo mata, pero lo hace de tal manera, que se anula y se mata a sí mismo. Sólo el amor hace existir, y hace existir al mismo tiempo el amar y el ser amado. Sólo el amor cuando es donado y expresado da la certeza de ser amados. Sólo quien se desprende de sí y se abandona en amor a otro, para amarlo, se encuentra consigo mismo y con aquel a quien ya ha amado! Sólo cuando seamos capaces de expresar nuestro amor, seremos capaces de recibirlo! Hoy no te quedes sin expresar tu amor al ser amado, anda ve y dile te amo; y también ve y dale un abrazo, y un te quiero, a tu amigo, y a tu hermano… Hoy no te quedes sin expresar tu amor al ser amado, anda ve y dile te amo. Y también ve y dale un abrazo, y un te quiero, a tu amigo, y a tu hermano… +Alfonso G. Miranda Guardiola Cfr. Cencini, Amadeo, Por Amor, Con Amor y En el Amor. Sígueme, Salamanca, 2001, pp. 159-161. ...
Leer MasVaya manera de echarse a todos a la bolsa después de empezar con una desventaja.
Como de costumbre, se me había hecho tarde, y tenía que irme corriendo a Cintermex, a la conferencia que el señor Arzobispo, Don Rogelio Cabrera López, daría en el V Encuentro Mundial de Valores. Le dije a Juanito, córrele, échame un raid, que se me hace tarde. Y que nos vamos disparados, volándonos alguno que otro semáforo, pero al fin llegamos. Era el viernes 18 de octubre del 2013, bajo un clima europeo en Monterrey, nublado, algo de frío, y cayendo ligeras gotas de lluvia. Faltaban 5 minutos para que empezara cuando Juan me dejó en la entrada principal de Cintermex. Ya para entrar al edificio, que me doy cuenta que no hay nada del V Encuentro, pues ahí estaban las pancartas tamaño panorámico que decían, una, Expo tu boda, y la otra, la Feria del libro, pero nada de valores, pues ¿dónde estaba, dónde dijeron que era? Evidentemente me había equivocado, y córrele otra vez, mientras le hablaba a Juanito, buscaba a toda prisa, donde sería la Conferencia. Era en el auditorio Banamex, justo en el polo opuesto del parque fundidora. Hecho bala, regresa Juanito en mi coche, y como un bólido, damos la vuelta al enorme parque, y me deja justo en frente del lago artificial, que cruzo velozmente, hasta llegar al auditorio. Llego a la entrada principal, y me digo: oh oh! y ahora, ¿cómo voy a entrar si no traigo boleto? Mmmh, bueno, compraré uno en la taquilla, total, ¿cuánto pueden costar? Ya habían pasado 15 minutos. -¿Dónde está la taquilla? -Pregunto. -A la vuelta del teatro, – me dicen, – pues córrele otra vez. Total que llego y digo: me da un boleto por favor. – Aquí tiene, -¿Cuánto es? – Mil pesos, -¿Cuánto? – mil, – ¿y porqué tanto? – y ese es para un día, tengo de dos mil y de tres mil, para dos o tres días, – pero, ¿si yo voy a entrar nada más media hora? – pues lo siento, no tengo otros. – Y que me retiro, ufano, de ahí, ¿Y ahora cómo le voy a hacer? Y qué empiezo a hablarle a un padre y a un seminarista que ya estaban adentro, ayúdenme, consigan a alguien que me dejé entrar, no sean ingratos. – Espéranos tantito, – me dijeron… Y después de un minuto, me hablan, – que te vayas a la puerta 8, ahí te dejarán pasar. – Raudo y veloz llego, y por fin, después de un titubeo, me dejan pasar, no es que yo no haya querido pagar, la verdad, pero para nosotros los regíos, y si es gratis, ¡mejor! Para poder entrar, me dieron un gafete que decía, «padrino», con el que, me di cuenta, tenía acceso a todo el auditorio. (Ándale, así sí). Por fortuna, el señor Arzobispo estaba empezando su conferencia. Mientras tanto, me había llamado la atención un tuit que mandó alguien dentro del auditorio: «El Arzobispo Rogelio Cabrera, entró con el pie derecho y con mucha humildad». ¿Qué había pasado? Hacía un momento, el maestro de ceremonias se había equivocado gravemente, acababa de presentar al señor Arzobispo con el nombre de Rogelio Guerra, el conocido actor mexicano. Siguieron las risas, todo el mundo lo notó. Tremendo error para un presentador, y en un escenario mundial, y al jefe de...
Leer MasPero los pajaritos no van a la escuela. Diálogo con un niño de 5 años sobre la familia pájaro.
Diálogo anoche, con uno de los niños de R Kids, en la parroquia Natividad Cumbres de Mty, al estar contando el cuento de la familia pájaro, mamá y papá, dos pajaritos y una pajarita: – Y el papá pájaro volaba muy lejos a conseguir la comida. – ¿Hasta dónde? – Hasta las montañas. Y la mamá pájaro, se quedaba en casa, cuidando, alimentando a los pajaritos, y llevándolos a la escuela. – Pero, los pajaritos no van a la escuela. – Tienen que aprender a volar en la escuela de aviación. – Ah, es que no especificas – Ah, perdón. +Alfonso G. Miranda Guardiola ...
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