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¡Cuánta solicitud, disposición y valentía de este muchacho!

cruceros

 

Anoche que venía de una parroquia, de una hora santa y convivencia sacerdotal, un coche familiar, se detuvo repentinamente en medio de un transitado y peligroso crucero, encendió las intermitentes, que casi de nada sirvieron. Un camión urbano corría a toda velocidad, temí lo peor, pero ví cómo y muy apenas lo pudo esquivar, instantaneamente también ví, como un muchacho, de esos que venden baratijas en los cruceros, dejando sus cosas en el piso, corrió velozmente para auxiliar a estas personas.

¡Cuánta solicitud, disposición y  valentía de este muchacho! Que se me quiten Señor todos los prejuicios, y que sea siempre capaz de reconocer a mi hermano, en cada persona, no importa el empleo, la condición o la situación que esté pasando.

Ya no ví más, me llevó lejos y adelante el flujo vehicular.

 

+Alfonso G. Miranda Guardiola

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