Pages Navigation Menu

¿Para qué vine a esta Misa, con esta quinceañera?

  Me acuerdo de aquella Misa de XV años de una pequeña niña que entró al templo en silla de ruedas, aparentemente con una discapacidad. Lucía como abstraída, con su mente fuera, como en otro lugar, con su rostro como si nada entendiera. Su cuerpo encorvadito. ¿Qué va a poder entender ella, pensaba uno, la Palabra de Dios, el Evangelio, las lecturas de la Misa? ¿Qué va a poder comprender las cosas que los hombres viven en este mundo, qué va a saber ella de estas cosas? Y allí estaba la niña, sentada abajo del presbiterio, frente al altar, con su vestido rosa, de encaje, y su rostro lleno de brillitos como todas las quinceañeras.  Después del Evangelio, parecía uno escuchar a la gente que no conocía a esta damita: “¡Ay, ¿para qué vine a esta Misa, con esta...

Leer Mas

Legado personal de Mons. Juan José Hinojosa Vela

Cuatro frases me enseñó Monseñor Juan José Hinojosa en el seminario, que atesoró y llevo grabadas en mi corazón, y que hoy guían mis pasos y mi vocación:  1. “Si un seminarista no alberga en su corazón el deseo de conquistar el mundo entero para Cristo, que no se ordene”.  2. “La relación sexual entre los esposos, es tan sagrada, como las especies que se consagran en el altar”. 3. “Me dan su bendición”. Palabras que utilizó Monseñor Juan José Hinojosa, la vez que se hincó delante de nosotros los seminaristas, en la capilla de teología, para pedirnos que le diéramos nuestra bendición, antes de emprender un largo viaje hacia Rusia, allá por el año de 1993-94.  4. “En el camino espiritual, si caes en pecado pero te levantas sin demora, no vuelves a empezar de cero, sino que...

Leer Mas

Anécdota: ¡Ay, ¿para qué vine a esta Misa, con esta quinceañera?

Me acuerdo de aquella Misa de XV años de una pequeña niña que entró al templo en silla de ruedas, aparentemente con una discapacidad. Lucía como abstraída, con su mente fuera, como en otro lugar, con su rostro como si nada entendiera. Su cuerpo encorvadito. ¿Qué va a poder entender ella, pensaba uno, la Palabra de Dios, el Evangelio, las lecturas de la Misa? ¿Qué va a poder comprender las cosas que los hombres viven en este mundo, qué va a saber ella de estas cosas? Y allí estaba la niña, sentada abajo del presbiterio, frente al altar, con su vestido rosa, de encaje, y su rostro lleno de brillitos como todas las quinceañeras.  Después del Evangelio, parecía uno escuchar a la gente que no conocía a esta damita: “¡Ay, ¿para qué vine a esta Misa, con esta quinceañera?...

Leer Mas

Para ti, ¿quién es Cristo Rey? He aquí una historia de la vida real, que te lo explicará… 

– Karlita tenemos ensayo del cascanueces a las 10 de la mañana el próximo domingo, eres la bailarina principal, así que no vayas a faltar. – Le dijo la maestra al acabar la última sesión del viernes.  – ¿El domingo? Maestra, pero no puedo ir a esa hora. Puedo después de las 11 de la mañana. – Contestó Karlita de 13 años, un poco apurada pero sin perder la calma.  – Pero Karlita, es el ensayo general, debemos empezar temprano antes de irnos a la ciudad de México, a la presentación estelar.  – Maestra, es que ya tengo un compromiso!  – Karlitaaa, pero ¿qué compromiso puede haber más importante que representar tu escuela y participar en un concurso nacional?  – Es que ya lo tengo separado.  – Karlita, pero ¡eres tú la única bailarina, de toda la compañía de...

Leer Mas

Respondió la abuela con el corazón apretujado…

– Ya terminamos dijo el abuelo a su esposa, sacamos adelante a nuestros hijos, ya son unos profesionistas. – No abuelo, ¡faltamos nosotros! – Dijo con los ojos llenos de luz el mayor de los nietos, que estaba sentado a la mesa cenando con ellos. – ¿Cómo? – Sí, viejo, faltan ellos. – Respondió la abuela con el corazón apretujado. (Se trataba de los hijos de una hija de ellos, quien había atravesado la herida del divorcio, y se había ido a refugiar a la casa de su padres con sus tres hijos, que ya eran unos casi adolescentes). – El abuelo comprendió, y sacando nuevamente toda la fuerza que en su interior quedaba, y que acababa de guardar, dijo: – Sí mijito, tienes razón, no hemos terminado. Las veces que sea necesario, volveremos a empezar. (Esos niños, hoy...

Leer Mas

¡Cuánta solicitud, disposición y valentía de este muchacho!

  Anoche que venía de una parroquia, de una hora santa y convivencia sacerdotal, un coche familiar, se detuvo repentinamente en medio de un transitado y peligroso crucero, encendió las intermitentes, que casi de nada sirvieron. Un camión urbano corría a toda velocidad, temí lo peor, pero ví cómo y muy apenas lo pudo esquivar, instantaneamente también ví, como un muchacho, de esos que venden baratijas en los cruceros, dejando sus cosas en el piso, corrió velozmente para auxiliar a estas personas. ¡Cuánta solicitud, disposición y  valentía de este muchacho! Que se me quiten Señor todos los prejuicios, y que sea siempre capaz de reconocer a mi hermano, en cada persona, no importa el empleo, la condición o la situación que esté pasando. Ya no ví más, me llevó lejos y adelante el flujo vehicular.   +Alfonso G. Miranda Guardiola...

Leer Mas