Un buen amigo tenía 10 años sin confesarse
Un buen amigo tenía 10 años sin confesarse, y una vez, por una invitación que recibió para ser padrino de primera comunión, tuvo que ir a la Iglesia a última hora, a buscar un sacerdote que lo confesara, y pues no habiendo nadie en el confesionario, pasadas ya las 9 de la noche, encontró a uno, que iba de salida, en el estacionamiento de la Iglesia:
– ¡Padre, Padre, qué bueno que lo veo! ¿Me confiesa?
– Hijo mío, tengo mucha prisa porque voy a un velorio.
– Rapídito padre, no le quito mucho tiempo, total casi no tengo pecados.
– Bueno, ándale pues.
Una vez confesado, llega este buen hombre a su casa, feliz y contento, y les dice a sus hijos y a su esposa, que se encontraban esperándolo, hambrientos en la mesa de la cocina, listos para empezar con sus cotidianos reclamos, pero antes de que pudieran empezar a hablar les dice: “No me toquen, porque me acabo de confesar, y quiero aguantar así otros diez años”.
– 🙄
+Alfonso Miranda