Anécdotas de un gran santo, Tomás de Aquino.
Santo Tomás de Aquino, teólogo italiano, de la orden de los predicadores murió en 1274, fundador del tomismo y patrono de los estudiantes.
Aunque no fue popular como estudiante, pues sus compañeros le hacían chistes por gordinflón, bajito y callado; le hacían burlas y bromas por su carácter bonachón, sus ojos saltones y su boca cerrada, que le daban un aspecto de asombro, por lo que le apodaron “buey mudo”. Alumno brillante, sin duda, procedía de una familia siciliana cuyo profesor, San Alberto Magno, llamado Doctor Universal, le tenía mucho afecto y le molestaba que se metieran con el más ilustre de sus alumnos.
Un día, sus compañeros de la escuela le dijeron: “Ven Tomás, asómate a la ventana, mira, hay un buey volando”, y ante la sorpresa de todos, fue Tomás a asomarse. Claro que inmediatamente estallaron todos en carcajadas y burlas, y los mismos entre risas le preguntaron: ¿Porqué te la creíste Tomás? A lo que el joven dominico contestó: Preferí creer que un buey volaba, a que un hermano religioso me mintiera…
En otra ocasión el maestro Alberto recogió unos papeles que habían caído al piso, al leerlos se admiró y preguntó, ¿de quién son? Y Tomás sin hablar, se concretó tímidamente a levantar la mano, a lo que los compañeros dijeron, burlándose de su compañero, fue el buey mudo, el gran buey mudo. – Ah sí, con que son de él, bueno, y dirigiéndose a todos los estudiantes de su prestigiada clase, les dijo: “escuchen bien, ustedes llaman a Tomás «buey mudo», pues yo les anticipo que los sabios mugidos de este buey se escucharán por todo el mundo”…
Tomás de Aquino es el autor de “La Summa Philosophica” y la “Summa Theológica”, que por muchos siglos, fueron la base filosófica y teológica de todas las Universidades del mundo, y que hoy, 8 siglos después, siguen gozando de enorme relevancia.
Es reconocido además, como Doctor Angélico, Doctor Común y Doctor de la Humanidad. El 28 de enero celebramos su fiesta universal.
+Alfonso G. Miranda Guardiola