¿Qué acaso se puede amar de otra manera?
Para esta fiesta de la Sagrada Familia, recojo una frase de una homilía del Papa Benedicto XVI del año 2009, en la que decía: «San José nos enseña a amar al otro, sin poseerlo.» Y yo me pregunto, ¿es que existe alguna otra forma de amar?
Es cierto, tanto San José, como la Santísima Virgen María fueron llamados por Dios a darse mutuamente un amor especial, no menos grande y no menos hermoso, que todo amor que existe entre un hombre y una mujer. Pero aprendieron a dárselo sin poseerse el uno al otro. ¿Es esto posible?
Ambos, aprendieron a amarse con el corazón, con la cálida y dulce mirada, con las sonrisas y los gestos del alma, con sus mil y un detalles compartidos, con sus alegrías, y dificultades, con la caridad y la gentileza, con sus mutuos servicios, con el estar siempre juntos y disponibles al plan de Dios, con las atenciones de María, esposa y madre, con la protección de José, esposo y padre responsable, acompañando al divino niño Jesús.
¿Cómo no podrá ser éste un modelo de amor entre esposos? Llamados a acariciarse especialmente con la cortesía de sus palabras, tan llenas de sutilezas y bondades, respetando y admirando al ser amado, con sus limitaciones y diferencias, pero dejándolo ser y crecer, sin imposiciones, y mucho menos posesiones.
Acostumbrados como estamos, tantas veces al control y al dominio, a la sujeción y a la imposición, que ahogamos a los demás, no sabemos amar sin poseer, y queremos manejarlos como si fueran cosas y pertenencias nuestras.
Hay que aprender a amar a la manera de estos amados y santos esposos, José y María, quienes aprendieron a amarse con ese gran respeto que es el sello del amor auténtico. ¿Acaso puede existir un amor más puro y más bello, que amar sin dominaciones ni posesiones, ¿es que se puede amar de otra manera?
+Alfonso G. Miranda Guardiola