¡Tiene que haber algo de verdad en esto de la Navidad!
Un Dios que se hace bebé, ángeles que aparecen y anuncian la llegada de su reino, un Dios que habla en sueños, una estrella que camina y se detiene, unos magos que vienen con regalos de Oriente.
Un Dios que para mostrarse, ha preferido los sueños, los sentidos y los corazones, a la lógica, la razón y las argumentaciones.
No puede ser verdad tanta belleza, un Dios que no ha escogido ni reyes ni a ricos, sino a los pobres y desvalidos, para darse a conocer.
Pues no han sido los sabios y entendidos los que lo han visto, sino los pastores, los animalitos y los niños.
Más que verdad parece un cuento, pero sin ello toda la realidad perdería su fundamento, y la misma vida quedaría sin aliento.
Un Dios, que se ha hecho carne para redimirnos, lágrimas para consolarnos, pies para acompañarnos, manos para acariciarnos, brazos para abrazarnos y corazón para amarnos.
Este Dios, es cierto, tiene mucho de incomprensible, más sin él, cuán vacía y sola y sin sentido, quedaría la vida.
+Alfonso G. Miranda Guardiola
@monsalfonso